miércoles, 31 de julio de 2013

4° Entrega mensual de la Vida y Obra de San Camilo, Patrono de los Enfermos y Trabajadores de la Salud


Camilo, por primera vez, solo en el mundo

La sed de gloria y aventura se despertó de nuevo y Camilo las buscó con toda su alma, con todas sus fuerzas conscientes y ocultas; la ocasión llegó pronto. Acudió a Roma para curarse y fue atendido en el hospital de Santiago de los Incurables, luego trabaja de enfermero auxiliar. Allí comienzan a llamarlo cabezota, cabeza dura, porque es incorregible en la pasión de los naipes y dados, juega lo poco que tiene, lo pierde todo, pero no deja… busca insaciable la fortuna… la gloria… Pronto es despedido por incorregible en el juego, inepto para enfermero.

Se enrola al servicio de Venecia y luego de España. Su vocación se cumple finalmente: recorre mares y tierras… asedios… batallas, discusiones con los compañeros de armas lleva a un duelo a muerte - del que sólo puede salvarlo y perdonarlo el que le venció -, tormentas en el mar con peligro inminente de vida que lo impresionan tremendamente… la peste, compañera constante de aquellos ejércitos, lo pone en una ocasión al borde mismo de la sepultura… No importa, todo lo olvida y sigue adelante.

Así es su vida durante cuatro años enteros. Busca las pasiones fuertes, quiere vivirlo todo y más, busca siempre y en todas partes la fortuna plena y radiante, la grandeza, la inmortalidad… y en esta búsqueda se lo juega todo, la vida en los mil peligros, y luego en las invernadas, cuando cesan las batallas y el ocio es habitual se juega a los dados todo lo ganado. Pierde siempre, pero no deja, juega de nuevo. En la cuarta invernada, cuando ya lo ha perdido todo, antes que darse por vencido, se juega lo que un soldado no puede perder: la espada, el arcabuz, la pólvora y e! manto militar. Pierde, lo echa todo cabizbajo sobre la mesa, y sale… vencido, inseguro, sombrío. Nápoles, otoño de 1574.
Ya Dios con su ternura lo elegía en su corazón para una misión donde la batalla sería siempre ganada, pues sus armas serían el corazón y la misericordia.