La formación inicial y permanente busca favorecer un camino de maduración a nivel humano, espiritual y apostólico teniendo en cuenta las circunstancias, las exigencias personales y los recursos existentes en los diversos ambientes.
Es importante tomar conciencia de una autoformación por parte de cada uno de los miembros.
El mutuo compartir favorecerá el crecimiento personal y de grupo y nos ayudará a transformar la realidad sembrando esperanza, amor y consuelo en un mundo que sufre.
La formación se propone:
a. Un mejor conocimiento personal.
b. La capacidad de discernir cristianamente los acontecimientos de la vida.
c. La adquisición de una sensibilidad y habilidades especiales para acompañar a quienes sufren por causa de la discriminación, la debilidad y la enfermedad.
d. El conocimiento del mundo de la salud y de la dimensión sociopolítica que lo caracteriza.
e. La profundización en el misterio del sufrimiento, de la enfermedad y de la muerte a la luz de la Fe.
f. La actualización sobre los problemas éticos y bioéticos que tienen que ver con el mundo de la salud.
g. Conocimiento de la persona de Jesús y de sus actitudes para con los enfermos.
h. Estudio de la Biblia y asimilación de los valores evangélicos.
i. Buen conocimiento de la Iglesia y de los documentos eclesiales.
j. Profundización en la vida y espiritualidad de San camilo.
