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miércoles, 2 de febrero de 2011

Servicio a los Necesitados, Servicio Divino

SERVICIOS A LOS NECESITADOS, SERVICIO DIVINO

Si tengo la oportunidad de trabajar con una piedra, un árbol, un animal, una persona, y hasta mismo con Dios; en este caso mi actividad pasa a ser divina, sagrada, porque se refiere directamente a Dios.
  Si tengo un animal cualquiera o una imagen de arcilla y pongo en ellos el alma, o la imagen de Dios, se transformaran en una persona viva, a imagen de Dios. Fue lo que hizo Dios. “Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.” (Gn 2,7)
  Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo. Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.”(Gn 1,26-27)
  Naturaleza es lo que hace que algo sea lo que es. Si pongo en el fuego el papel que tienes en las manos destruiré su naturaleza¸ la ceniza no es más papel. Lo que hace que seas una persona es la naturaleza humana; lo que hace que Dios sea Dios es la naturaleza divina. Si Dios nos comunica su naturaleza nos quedamos semejante  a El. Fue justamente lo que hizo Dios.
  “Gracias a ella se nos han concedido las más grandes y valiosas promesas, a fin de que ustedes lleguen a participar de la Naturaleza Divina.”( 2Pd 1,4)
  Entonces nuestra situación cambió mucho.
  Por lo tanto, “ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios.”(Ef 2,19)
 “Dios decretó elevar a las personas a participar de la vida divina.” (L.G)
  “¡Miren como nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. (1Jn 3,1)
  “Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios “Abba”, es decir, “Padre.” El mismo Espíritu que se une a nuestro espíritu para dar testimonio que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo, porque sufrimos con él para ser glorificados con él.”(Rm 8,15-17)
  “En efecto, en él vivimos, nos movemos y existimos…Nosotros somos también de la raza divina.”(Hech 17,28)  
Nadie  duda que Jesús es el Hijo de Dios, tampoco podemos dudar que somos hermanos de Jesús.
“Por eso, él no se averguenza de llamarnos hermanos, cuando dice: Yo anunciaré tu nombre a mis hermanos:(Heb2, 11b-12ª)
“Ve a decir a mis hermanos: Subo a mi Padre, el Padre de ustedes” (Jn 20,17b)
  Jesús nos enseñó a decir: Padre nuestro que estás en los cielos.
  Somos tan preciosos que Cristo nos compró con su propia sangre: “No fuiste comprados ni con oro ni con plata más con la sangre de Cristo.”( 1 Pd1,19)
En la Eucaristía se queda nuestra comida “Yo soy el Pan vivo bajado del cielo. Mi cuerpo es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida”.
Cuando veo a Jesús de rodilla lavando a los pies de sus amigos; enfrentó una crudísima muerte. Ya  anunciada por el profeta Isaías: “Así como muchos se quedaron horrorizados a causa de él porque estaba tan desfigurado que su aspecto no era el de un hombre, y su apariencia no era más de un ser humano.”(Is 52,14)
   “Carísimos, si Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a los otros. (1Jn3, 16).

UNA PEQUEÑA CONFUSION

  La biblia dice que Dios dio a Moisés 10 mandamientos; Jesús afirma que los mandamientos más importantes son dos, los otros dependen de estos dos: “Jesús respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.” Mt 22 37-40)
  Pero S. Juan dice que los diez mandamientos equivalen a uno solo: “Este es el mandamiento que tenemos del Señor: quien ama al prójimo cumple toda la Ley”(Jn 15,12) “La plenitud de la Ley es el amor a los hermanos”(Rm 13,9)
  Entonces los mandamientos de Dios son ¿diez, dos, o solamente uno? La respuesta es muy simple. Es que Jesús considera que le estamos haciendo a El todo lo que hacemos a los hermanos. Cuando hay alguien que necesita de ayuda, como pobre o enfermo, Cristo los llama de “mis pequeños”.  Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo” (Mt 25,40b). Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo. Estos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.”(Mt 25 45b-46)
  “Cuídense de despreciar a cualquiera de estos mis pequeños.”(Mt 18,109)
  “Feliz el que piensa en lo pobre, en lo flaco.”(Sl 40)
  Jesús dijo que estaría siempre con nosotros, dijo también que siempre tendríamos pobres con nosotros.(cf  Mt 26,11 ;Mc 14,7; Jn 12,8)
  Cuando era chico pensaba que Jesús dio su vida por mí, entonces tengo que retribuir dando mi vida por El. Pero no es así: “En esto hemos conocido el amor: en que El entregó su vida por nosotros. Por eso, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.”(Jn 3,16)
  Si usted coloca cerca del sagrario un plato de comida, una campera contra el frío, al día siguiente podrás sacarla y notarás que Jesús vivo y presente en el sagrario no las usó. Y ¿cómo Jesús entonces puede decir: “Estaba con hambre y no me diste de comer? Es que no es allá el lugar de poner el alimento sino en las manos de los que sufren necesidades.
  “Si alguien vive en la abundancia, y viendo su hermano en la necesidad, y cierra su corazón, ¿cómo permanecerá en él el amor de Dios?”(1 Jn3,17)
  “El que dice: “Amo a Dios”, y no ama a su hermano es mentiroso.¿Cómo puede amar a Dios, quien  no ama a su hermano, a quien ve? (1Jn 4,20)
Si un enfermo, en vez de buscar al médico entra en una iglesia y espera que Jesús lo atienda, no conseguirá nada. Dios confió esta misión al médico, él como cristiano, deberá hacerlo como lo haría Jesús. Entonces su trabajo será una liturgia; será un evangelizador, hará conocido a Cristo por su trabajo. “El más grande entre ustedes es lo que sirve.”(Mt 23,11)
“Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a los otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes” (Jn 13,14-15)
  No tengo visto nunca un médico abrir el Sagrario para consultar a Jesús enfermo. Tampoco nunca la policía entró en una iglesia para sacar las Hostias consagradas para llevarlas ala cárcel. Entonces, ¿cómo Cristo puede decir: “Estaba enfermo o en la cárcel y no fuiste a me visitar?
  Si Dios puso en las personas su imagen y su naturaleza se transformarán en imagen de Dios, una cosa sagrada como el propio Dios, lo que hacemos al prójimo lo estamos haciendo a Dios. Solamente los ángeles podrían servir dignamente a Dios. Ángel significa: “mensajero”; espíritus purísimos que están junto a Dios para adorarlo, servirlo, cumplir sus órdenes, llevar sus mensajes, ser intermediario entre Dios y los hombres. Los ángeles sirven a Dios en el cielo y nosotros lo servimos en la tierra. Es siempre servir a Dios. Por eso que S. Camilo servía a los necesitados de rodilla. “Sepa mi hermano, que ni Yo y  ni usted somos dignos de servir a los enfermos.”
“Que cada uno trate al pobre como a la persona de Cristo” (S.Camilo)
  “Cuidar de los  enfermos como Serafines inflamados de amor. Ellos son nuestros señores y dueños” (S. Camilo)
  “Ustedes, los que sufren, son los predilectos de Dios.” Juan Pablo 11).

SOMOS PROPIEDAD DE DIOS

  El hombre no es dueño de su propia vida, la recibe solamente en usufructo, no es propietario sino administrador, porque solamente Dios es el dueño de la vida.” (Juan Pablo 11) “Nadie puede decidir arbitrariamente entre vivir o morir” (Ibidem)
  Puedo montar una granja para criar pollos, cerdos, ganado, para después vender su carne; no puedo hacer lo mismo con personas; nadie va a la carnicería a comprar carne humana.
  Suicidio, aborto, homicidio, eutanasia, mutilación, prostitución, ni se debe nombrar entre los cristianos.
  La pertinencia a Dios, y no al hombre de la vida, le confiere aquel carácter sagrado que suscita una actitud de profundo respeto; una consecuencia directa de origen divino de la vida es su indisponibilidad, su intocabilidad, es decir su sagralidad.
  Después que Cain mató a su hermano no tuvo más paz¸ lo mismo pasa con los que hacen sufrir al prójimo; es Dios que pregunta. ¿Dónde está tu hermano Abel?... ¿Qué has hecho?”(cf Gn 9b,10b)
  El pobre y el enfermo son una dolorosa Eucaristía.
  Podemos estar de rodillas delante del Sagrario o lavando los pies  de los “pequeños”. En este caso nuestro trabajo se transforma en liturgia. ( P Calisto Vendrame).
  S. Camilo deseaba tener mil brazos para servir más y más; nosotros por lo menos debemos usar bien los dos que tenemos.
  Jesús no vino a este mundo solamente para perdonar los pecados, sino para liberar las personas de todo lo que las hace sufrir. (cf Lc 7,24ss) “Pasó entre nosotros haciendo el bien y curando a todos”(Hech 10,38b) “He venido para que las ovejas tengan vida y la tengan en abundancia”(Jn 10,10)
  Para continuar su Obra en el mundo Cristo fundó la Iglesia o Pueblo de Dios, que somos todos nosotros, animados por los mismos ideales de Jesús. No puede ser de Cristo una Iglesia que no se preocupa por los “pequeños”.
  Para dar más fuerza a su doctrina Jesús decía: “Esta doctrina no es mía sino del Padre que me ha enviado”
“A quién vos escuchas, es a mí, y el que me escucha, escucha al Padre que me ha enviado”
“Digo lo que el Padre me enseñó” (Juan 8, 26b).
“Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar; y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me ordenó” (Juan 12, 49-50).
“El que cree en mí, en realidad no cree en mí sino en Aquél que me envió” (Juan 12, 44b).
Si en vez de haber venido Jesús al mundo, lo hubiera hecho el Padre o el Espíritu Santo, hubieran enseñado exactamente lo mismo que Jesús enseñó.
¿Qué vamos a ganar practicando estas enseñanzas de Jesús?
“Participaremos de su gloria” (Cl 3, 4b).
“Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros” (Rm 8, 18).
“Nadie vió, ni oyó, ni siquiera pudo pensar lo que Dios preparó para los que lo aman”  (1 Cor 2,9).
“Veremos a Dios cara a cara y seremos semejantes a Él” (1 Juan 3,2).
“Voy a prepararles un lugar y cuando esté listo, volveré y los llevaré conmigo para que allá donde yo estoy estén también ustedes” (Jn 14, 2b-3).
Es mucha la diferencia entre: “Vengan benditos de mi Padre, recibid la herencia preparada para ustedes” de “apártense de mí malditos y vayan al fuego eterno preparado para los diablos; donde habrá gritos y rechinar de dientes” (cf Mt 25, 34ss).
Esta diferencia es causada por servir o no a Dios en “mis pequeños”.
Existen mil maneras de amar al prójimo, pero una sola manera de amar a Dios: “Amando al prójimo.”(Colombo)
  Jacinta tenía un hijo con hemofilia; siempre necesitaba de recibir transfusión de sangre. En una ocasión la sangre recibida era insuficiente; su mamá que ya había dado una dosis, se dispuso a dar una más. El médico se negó a sacar más sangre porque ponía en peligro su propia vida. Esta mamá maravillosa deseaba dar toda su sangre para salvar a su hijo. Cuando el militar Lonjino abrió el corazón de Jesús en la cruz no había más sangre, la  derramó toda por mí y por usted y concluye diciendo: “Ámense como yo los he amado.” Y S. Camilo decía que debemos amar a los “pequeños” como una madre ama a su único hijo enfermo.